Barbería 51 | El Puig, Valencia. 2018 | Superficie: 22 m2 (237 ft2) | Diseñado por Nada. | Fotografiado por Daniel Rueda.
Un espacio para que los vecinos y vecinas hablen e interactúen. | El objetivo de la intervención en Barbería 51 es convertir un garaje en una barbería, entendiéndola como un lugar de encuentro y diálogo. Para organizar el espacio se ha retomado una antigua tradición mediterránea: sentarse "a la fresca". En el pasado era más común encontrar reuniones de personas en el entorno urbano, donde se hablaba y se comentaba sobre otros vecinos y vecinas. Con esta premisa como punto de partida, se crea un espacio vacío en el interior formado por materiales básicos bañados en blanco, donde la actividad principal se enmarca en una caja azul, a modo de escaparate. En el exterior, se ubica un banco a modo de accidente, donde los vecinos esperan, comparten y conversan. Esta intervención de bajo coste, permite una división natural del espacio de trabajo con la zona de espera, donde el barbero no se distrae en ningún momento, sólo se observa y admira desde el exterior.
Barbería 51 | El Puig, Valencia. 2018 | Superficie: 22 m2 (237 ft2) | Diseñado por Nada. | Fotografiado por Daniel Rueda.
Un espacio para que los vecinos y vecinas hablen e interactúen. | El objetivo de la intervención en Barbería 51 es convertir un garaje en una barbería, entendiéndola como un lugar de encuentro y diálogo. Para organizar el espacio se ha retomado una antigua tradición mediterránea: sentarse "a la fresca". En el pasado era más común encontrar reuniones de personas en el entorno urbano, donde se hablaba y se comentaba sobre otros vecinos y vecinas. Con esta premisa como punto de partida, se crea un espacio vacío en el interior formado por materiales básicos bañados en blanco, donde la actividad principal se enmarca en una caja azul, a modo de escaparate. En el exterior, se ubica un banco a modo de accidente, donde los vecinos esperan, comparten y conversan. Esta intervención de bajo coste, permite una división natural del espacio de trabajo con la zona de espera, donde el barbero no se distrae en ningún momento, sólo se observa y admira desde el exterior.